Un poema disciplente, sin escrúpulos e insolente, para cada día de un año bisiesto. RUBEN CARCAMO BOURGADE
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Cuando Miguel Ángel,se mezcla en los inciertos dioses levando fantasmas con el dedo enhieste de impudor ufano, mirando la beldad canalla de los cielos alza el hombre triste y débil que siempre fue.