195.- CINEMASCOPE DE BLANCO Y NEGRO



Me alteras la epidermis Louise Brook

clavando en mis costillas
la frívola elegancia de tus pieles negras


Verónica

rráncame los pelos castos y a granel
con vuestros tules y el rubio rulo del alcohol
que siempre intriga y me confunde
más que la Goddard
besando mis mejillas militantes
sin respeto a mi conducta tan moderna
y congruente con mi edad.

¿Y Rita?

Rita es la que aturde
salivando como Gilda en mi abductor
Pero olvida todo fácilmente
cuando le porfío

que yo tengo un futuro escrito en esas huellas
a pesar de los designios turbio del maestro.


Dispongo a Vivien
en muslos que abren muchas veces el telón
para encumbrar mi acento volantín
en ese rostro que algún día pueda ser de la que ame.
Seguramente será cuando se baje alguna estrella

O me trace el pecho una cometa.
¡Qué ganas de besarte!
Es lo mismo que le dije a la muchacha triste musitando: 
mañana es otro día.

Entonces Bárbara

lastima con su cólera de cuero y con su Credo
azotándome las nalgas con látigos y botas
me seduce
y creo que mi vida junto a ella no estaría mal.
Creo ser un chulo de alquiler.
No tendré vuelta ni retorno.
No me importa.


Lana Turner mastícame los pechos,
muscular, enfurecida y loca.
Debo amarte o te me mueres.
Son los primeros celos
en el mesón de tu fatal cantina
y de tu prehistórica película.


Así terminan las damas que se creen las fatales.
Tu deber sería creerme.
Y el mío
amarte hasta la muerte de una noche.


Romy
corre que te pillo en mi país de hadas,
clavaste sin permiso esos verdores
en mi primer paisaje urgente

como un campo infinito de manzanitas verdes
en la comarca alpina del príncipe aprendiz, que yo creía ser.
La fortuna del consorte,
es todo lo importaba para ser feliz.


Anouk Aimè
excusemé mi filigrana en su corsé.
Su mirada es un conjuro tan nocturno
como un puñado de carbón que escondo aquí en mis puños
para aplacar su hechizo más allá del cine oscuro y del burdel.
En él nada fue grandioso ni sublime,
apenas era un beso, blanco y negro)




La Bardot me lleva el desayuno hasta la cama
y lo derrama para arrancar de cuajo mi pijama.
Ese pelo rubio
es un viento oleando sobre la punta de los precoces trigos y sus pecas
Aunque en verdad sean los bordados píos de mi sábana
y la mujer más bella de mis días
sea una almohada con bellas curvas, mullidas y traviesas
Así sería
si tan sólo te rozara con el abrazo virgen de mis piernas
y tuviera edad para ver esa función.

Sofía me comprime en la butaca
con la ceja levantada en mi solapa
ofreciéndome su pan como si ella fuera suficiente ojal
para la flor de mi espolón.
Pero no acometo desatinos
porque es mucha 

para mis sueños clandestinos.



Claudia en el verano de mis primas
es la que porta la batuta
en los radiantes juegos de silos y pajares
y permanece enmarcando los domingos
tras la puerta desteñida del molino.


- Je t’aime, mais non plus - querido dice Jeanne Moreau
- Fais attention, s'il te plaît. Sois délicat avec moi - le digo.
Yo también hablo en francés florido.



Mon cherie; L’amour, c’est comme le potage :les premières cuillerées sont trop chaudes,
les dernières sont trop froides.

Mon Belle de Jour 
¿Qué te pasa?
De nuevo estás con esa gélida mirada del desprecio
que tienen los paraguas cuando llueve.


Anne Bancroft, maliciosa y cruel señora del hotel
graduando la calore de esas manos
que no salen del obsceno 
bolsillo adolescente.

Are you trying to seduce me, Mrs. Robinson?


Ornella
en mi buhardilla pido
ese beso humedecido y laxo
allí donde duermen las gélidas palomas de tu abrazo
Sueño cada vez más con tu ambrosía
aunque sólo me la dieras en sonrisas.
Soy abuela. ¿Y qué? 
Una mujer es mujer antes que madre, abuela.

And Michelle Pfeifer
devórame los pájaros
cuando soy el murciélago del comic
que con los mismos cromosomas del vampiro muerdo,
canto a Lucifer,
y a tu escote rojo de hembra lobo
sobre el piano lento de un desliz.

E Mónica Belluci

explotando delicada con un beso intenso
o llorándome vencida y digna
a los pies de mi Pasión crucifixión
donde acuden esos labios de mi leve emperatriz.

Gwyneth no me da grandes esperanzas.
Y me consume cada día un poco el corazón.
Deja su limosna y se va o vuelve
no se sabe si regresa o nunca más.

¿Alguien sabe dónde está ese viejo amor de la universidad?



Adjani con tu pasión de bronce y piedra
y arrebato de granito
como un cáliz puro
en la pantalla Isabelle,  te me desnudas,
porque te escribo este poema.


Charlize

está perfecta esa peca de tu perfecto cuello
como raza de intocables lágrimas te quejas
Y en tus besos, lapidaria como niebla espesa,
estás correcta;
eres la misma que aplasté contra las puertas.

Catherine o Cardinale
o como quieras que te llamen
nada está mejor que el azabache de tu espalda
y tus vértebras sinuosas que pretenden
las mejores colisiones de combate.

Nicole de raso en el Moulin
donde espera mi eterno sepulcro de París,
el cual es; una butaca solitaria
de terciopelo rojo en lo posible y en cualquier cine narciso
Allí estaré sereno de impasible sombra
y en mi mano sosteniendo
ese viejo boleto del Cinema Paradiso
para entrar a esa eterna matiné.
Satán y pálida te trizas
pues se ha quemado el film.