Cuando Satanás es el Cristo de los Ayunos
y de los penitentes flagelantes
nadie se lamenta.
Lucifer es arcángel seducido
por de las hijas de los hombres,
mas no gime.
Lo soporta.
Belcebú,
mata al Nazareno que suspira y quien no implora
¿A quién le importa?
El Diablo Cazador
matará a tu dios
quien no chilla
ni con bronca
El Súcubo pacta con tus hijos la tersura
por óleos putrefactos y la rima
no te incumbe.
El Leviatán ve tu barca haciendo agua en tus roturas
y asoman sus húmedas narices respirando
tu placenta
con pavura te arrodillas, pues te mira.
Le interesas.
El Demonio que me aterra en el desierto
con razones de sepulcros
y su metafísica de insultos
o el espejismo desnudo de poeta
me vulnera
Lloro entonces de espanto en una roca
y de dios a gota lenta
pues sucumbo.