128.- EL HABLANTE





Cuando
hablo desde el pájaro
no me importa perder el vuelo
de las desconocidas circunstancias
y hablo desde los escaños vacíos
sin miedo a los domingos de la plaza
ni a las cornisas derruidas que se caen a pedazos
por el peso de sus nidos.

Hablo desde el Suelo.