130.- EXTERMINIO













Cuando los alemanes experimentan con judíos
los japoneses con los chinos
los yanquis
con sus propios niños de orfanato,
con sus propios niños negros,
con sus propios indios niños
y se mataban además,
los unos y los otros;
eran expertos y perversos mundialmente.

Digo
experimentados yanquis y alemanes
rusos, japoneses
italianos y franceses
troyanos y espartanos
sirios y otomanos
griegos, turcos,
tercas y porfiadas reinas
princesas de izquierdas y derechas
monasterios y burdeles
ogros y hadas con sus duendes
hechiceros y doctores
mártires y marines los crueles.

Porque igual se aborrecían
los negros, los hispanos
los blancos y los indios,
moncheviques, bolcheviques
los rojos y amarillos
los calvos, los chascones
a pesar de profesar las mismas situaciones:
el Año Nuevo y Papá Noel .

Y el cumpleaños con los mismos dioses;
el Khan, el Káiser, el Zar y el Faraón
el Führer, el Duce, el Toqui, el Lonko
el Presidente, el Rey y el Dictador
sufriendo todos el Diluvio Universal
y cada uno su cálculo renal .

Hasta hoy día se aborrecen mucho más aún
los distintos que son los unos de los otros
los otros de nosotros
aunque seamos victimas de todos los furiosos.

Además se matan entre ellos mismos
digo
es lo curioso
hispano contra hispano
negro contra negro
rojo contra rojo
amarillo y amarillo
y entre cabezones y huevones
inmigrantes y criollos
pasteleros y coprófagos
balleneros y sarcófagos
y además en contra de los Contra
y en consenso a ese fatal destino
se matan asimismo los suicidas.

Todo aquello es misterioso
no se entienden las razones.
Y seguimos asesinos
acumulando pesticidas
comulgando con perdones.
Y a pesar de aquello
aún crecemos, prosperamos.

Nos multiplicamos.

Cada día somos más
para mejor matarnos
y peores vividores
entre pintadores y pintores
oidores y auditores
oficinistas y oficiales
escribidores y escritores
cuenteros y cuentistas
entre barbas y bigotes
sombreros y turbantes
entre brisas y ventiscas
entre lluvias y lloviznas .

Me parece todo tendencioso.
¿Y así;
cuándo vamos a parar?
¿Adónde iremos a llegar?
¿Quién se atreve a levantar el dedo acusador?
¿A quién le tocará
cuando aquello ocurra,
el hongo luminoso
por curioso?