Cuando Elena
magnífica y alcohólica perfecta
me seducía con sus ojos entornados
yo era un torpe,
un sudoroso no Graduado del Liceo
y ella más hermosa que la Bancroft.
Pero a mí me apetecía su hijastra sin pudores
Y a la hijastra, aquel motociclista.
y al motociclista, aquel abanderado
El enredo con sus flechas
y el amor con sus deseos
Nunca son los acertados.