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entrevista

Cuando creo que me muero
porque llamo a mis compañeros de trabajo
con el nombre de mi hijo fallecido
es porque estoy amando demasiado a los que veo
y al mismo tiempo se me olvidan los parientes vivos

Converso más con los que han muerto
y de todos desconfío,
pero mucho más de los difuntos.
Parecen que me mienten.
Con esa tonterita de la lucecita
ya me tienen aburrido.

Gusto más de cada helado
y disfruto cada primavera
como si fuera la primera
y de la hembra que acompaña mi existencia
gusto más
tal vez sea la postrera
ya que a ciencia cierta
parezco más consorte que marido.

Ansío mucho más las flores del canelo
y le tengo miedo al autobus de cada día.
Por ello,
siento que me muero.
Se confunden los muertos con los vivos.
Y algunas opiniones
por las que antes diera el alma
ya no importan;
parece que soñara.

Siento cada día más cada mañana
se me confunde la nocturna con la vida
y me pongo inquieto si no escribo.
Escribir es caminata moribunda
De nosotros se olvida el universo
y por ello siento que me muero.

No interesan mis mujeres viejas
están gordas y haraposas
ya ni puedo sostener mi doble vida
pero callo porque soy un caballero.

La vista también falla
creí que mejoró mi estampa
pero no voy ni al baño sin anteojos
no vaya a ser que no encuentre el inodoro.

Quiero conocer a jóvenes mujeres y mejores
pero me avergüenza
porque sospecharán si quiero que no puedo
Por ellas, siento que me muero.

Me aburren los amigos
el trabajo me destempla
y ya no sé si es por costumbre o porque quiero.

Que no se den cuenta que me muero
me despedirán sin darme el diezmo
una corona de la caridad
es lo menos que merezco.

Recuerdo mucho
a las que me amé y no me amaron
y también a las que quise y me besaron.
Y a las que no amé y que me amaron
me encuentro con ellas cada día
ya sea en mi triciclo o el autobus
lamentablemente alguna se me acerca
y doy vuelta la cabeza.
Está muy vieja.

Hablo largamente de cosas importantes
pero que a nadie le interesan.
Creo que me están bajando de la bicicleta.

Siento mucho más una tristeza larga
que es muy distinto a sentir pena
y me duele no descubrir a la que engañó
Y a las que traicioné, que fueron pocas,
pero fueron
lo siento, fue sin intención;
apenas un problema de elección.
Nada saco con acercarme a ellas
hoy tendría problemas de erección.
Aunque no contigo corazón.

Se me olvidaron los libros que leí
Y leo mucho menos
pero hablo más de lo que no sé
Me duelen mucho más los pies
que los malos pasos dados
y los caminos recorridos ya se borraron todos
como para escribir esas memorias.

Ya no tengo nada que contar
tan solo contemplar
las aves del jardín
y ser feliz con el resto que me queda.