Un poema disciplente, sin escrúpulos e insolente, para cada día de un año bisiesto. RUBEN CARCAMO BOURGADE
258
Cuando Cortázar murió hacia el niño y le pidió a dios que nos libere de El. Yo le pido a El que me libere de mí que no se haga más ilusiones con lo que soy. Que no me haga sufrir.