315.- NORA, NORA



Cuando Joyce tiene coherencia
sobre ninguna cosa y  exhala
el monólogo de NORA infiel
son las oes en un aro
proclives al desenfreno de lujurias.

Sueña NORA
al despertar de su griterío genital
desatar la intemperancia de la carne
en pataleo brioso de la jaca.

Toda esposa sueña volver a esa cándida
desnuda por primera vez
cuando bajo el nuevo amante
ya se sabe avezada en las artes amatorias
y ve a su esposo,
entre los pies de su danzante.