196.- EL ACOMODADOR













El fanal apunta indecoroso a las manos que se enlazan
y penetra las butacas que se ocultan en la sala
Mas las jóvenes con su ardiente número de piernas
y sus bocas que humedecen, no menean partidura.
Sólo fantasean con el foco;
¡ Asesinar la luz eréctil con un soplo !