Cuando la verdad se diga
diré que te vi a la salida de aquel cine
parecida a la Montiel o la Minelli.
Tan parecida a las viejas ilusiones y mentiras
y no me quedó otra que seguirte.
Yo;
ni un seductor Mañara ni un Bradomín
apenas un Charlton Heston
de pectorales anchos manifiestos.
Tú
perfecta
irrepetible
Nos
miramos ceñidos y carentes
bajo dos paraguas negros
presurosos y goteando, combatientes.
Y éramos los dos
mucho más que suficientes.©