Cuando en la calle se abren mausoleos o libreros
bibliotecas saturadas de periódicos
y aparece Mc Leish diciendo:
- Un poema debe estar inmóvil en el tiempo
- Un poema debiera ser sin las palabras.
Pero cuando caen rodados de palabras
palabras viejas que mojadas resucitan
y sólo una o tantos nuevos rezos
que parecen aluviones o torrentes
balbucean quedamente insistentes sibilantes
pronunciadas musitadas son mástiles sin número
son palabra de otro día madrugadas repasadas
o acaso gestos muertos de la oscuridad del propio canto
Palabra impronunciable y vieja impunidad del grito
que sin morir no sabe adonde va
esa consigna y esa espada
Palabra que desarma el orden natural y artero
Son millares de palabras que me calan cada hueso
son palabras que olvidan sus maestros y aguaceros
Y entre ellas mi palabra, retumba pasional exuberante
entre tajos y masacre en cada sorbo se desarma
Quien esté cerca ¡que conteste!
¿Quién no oye?
Retumba el mejor gran canto de los mudos
vocabulario y alfabeto de impedidos
espejo de ellas mismas silabario abecedario
palabra que detenta a través del propio espejo
todo el oficio de los muertos salivando
¿Qué quiere señalar ese mutismo por llenar todo vacío?
Y laboro sin restarme
procreo multiplico
pues cuando me detengo me invade todo ese silencio insoportable