148.- VALLEJO


Cuando me postro ante Vallejo
porque el eje de la tierra inclina
rajando desde el negro saludo
y puro tan profundo
tomando esa mano descendiendo
de mis huesos tan callada
hasta su cráneo en la nube americana
que me abraza
apoyando en los pilares esquineros de mi casa
esa pena inmóvil
que sujeta.