Cuando no dejo de adorar los Cantos de Vida y Esperanza.
reverencio a Rubén Darío
pertenece a pocos:
a las ínclitas razas ubérrimas
a los pararrayos celestes.
al minúsculo ritmo y al clarín de los cisnes
al jaspe bacante y al jarrón de cristal
y también a la novia de Abril.