Cuando el vino
es la sangre delirante de las uvas
para conversar en una mesa coja
- de mantel blanco por supuesto -
el vaciado de los parientes muertos,
hablaremos igualmente los presentes
pero más de nuestro padre muerto.
junto al mejor amigo ya bebido
lloraremos
con un llanto tinto
y comparsa de la uva
- antes de exterminar sus parronales -
hoy cubiertos por las tumbas,
rúbrica y final de toda medicina.
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