72 18 DE BRUMARIO

Cuando de Chillán
flotando en ajo malicioso sus brisas al colgar
me ofrecen los obreros sudorosos su comida
con modales de parapetos y pancartas
mientras me explican sus demandas
sé que lo solidario en esas fiebres
a calmar su hambre mi corazón no alcanza
ni a terminar con el silencio espeso el pliego perentorio
donde no hay peticiones si no misas,
urgentes defunciones
para comer su pan valientemente
y persisten con su escasa oferta dadivosa
como si el humo de sus sueños fuera un baluarte
o la resistente barricada de un 18 de Brumario
y estridentes compartimos
el silencio mutuamente masticando 
derrota tras derrota.